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ESPECTACULOS
6 de septiembre de 2016
El grupo de baile creado en 1974 cuando un grupo de jóvenes reunidos a través de una inquietud de quien fuera “El Maestro” Ezequiel De Alcalá volverá a pisar las tablas en el mes de octubre.
En esta oportunidad fueron ivitados para participar en un festival solidario, donde la propuesta es juntarse con “un montón de años más, kilos y dolores por todos lados” dicen, pero la idea es hacer una pequeña presentación para colaborar simplemente. “Es la posibilidad de hacer algo que gustó hacer, que se cree que se hizo bien y además de ayudar por ahí darle la alegría a alguien que vio el espectáculo por aquellos años de que lo vuelva a ver. Se ha generado una gran expectativa y se espera estar a la altura.” comentan los bailarines que ensayan los domingos en el Club Cobo, donde conversó con ellos El Espejo. La charla fue con quienes formarán parte del espectáculo y pudimos degustar algunas anécdotas:
“Algo que nos causó bastante gracia fue en el año 1974, cuando fallece Perón, se decreta una semana de duelo y como no se podía hacer absolutamente nada, estaba todo cerrado, Alcalá aprovecha para hacernos ensayar doble turno, a la mañana y a la noche se hacía el ensayo general en el Club Independiente. Pero la particularidad que tenía el ensayo de la mañana era que se hacía clásico, una danza totalmente ajena a todos, desconocida, era raro hacer poses y movimientos y fue una semana muy intensa, esa fue una de las facetas que mas favoreció al Lezama Ballet porque estuvimos todos los días, y mayor cantidad de horas. Y fue bastante risueña si se quiere porque la indumentaria incluía calzas para los hombres, cosa que hasta los ponía algo incómodos.”
Otra es el día que debutamos, el viaje a Azul fue todo un dilema porque el traslado era todos en distintos autos y allá esperaba un escenario que tenía cuatro caras, así que teníamos que determinar cuál iba a ser el frente. La primera problemática era enfrentarse a la gente, había más de mil personas. Realizamos “El Baile Blanco” y ponerse la ropa y verse ya vestidos con la misma ropa era una sorpresa, ver a las chicas vestidas era graciosa porque en esa primera etapa ellas bailaban todas con peluca, maquilladas, delineadas, al mirarlas no se sabía quién era quién porque estaban todas iguales.”
Algo soñado para el ballet fue el día que se hizo el debut en La “Fiesta del Tambo”, “... el Independiente estalló, las puertas que dan a calle Perón abiertas de par en par, gente en la entrada, los balcones llenos, el salón igual, colmado de gente, por eso fue la coronación y el comienzo de algo muy lindo, porque era la explosión del talento de alguien que no se ha mencionado mucho que era Alcalá.”
“Más allá de que por ahí no haya tenido la trascendencia que debería haber tenido, Alcalá era un eximio bailarín, el primero de un cuerpo de baile español con notable bailarina de la historia de la danza española como fue Norma Amaya y él se quedó por estos pagos, Pierino Ferreti era su verdadero nombre y creyó en la juventud de Lezama, creía que estaba capacitada y que contaba con talento como para poder hacer algo de lo que él se imaginaba que podía hacer”
El año 2016 lleva al ballet nuevamente a un escenario, vuelven los que fueron el ballet de niños que se transformaron en grandes bailarines y bailarinas, como es el caso de Silvina, Leticia y Marisa Zamboni, Lili Marín, Miriam Romero, María de los Ángeles Ursino, ellas son las mujeres y los hombres: Juan Alberto Aranda, Luis Cura, Roberto Palacios de los de la primera época, y se suma Jorge Blanco, en la dirección y se está viendo que Mario Rojas, Darío Nonis y Carlos Ance que también es de la primera época, se sumen. “Entre todos se va a hacer un mix para poder cumplir con lo que nos han pedido que es la colaboración en este evento.” Desempolvar las ideas en un principio y las ganas también. El grupo va a realizar un cuadro que fue el que hizo en el año 2002, “es lo que está más fresco en la memoria de cada uno, un lindo número, una zamba y una chacarera”. Cuentan.
Los ensayos empezaron hace dos semanas, con todo lo que eso representa para el grupo: Rsas, recuerdos, esto es lo que hace al Backstage y que también va a quedar en el recuerdo de lo que intentamos hacer, va a formar parte de la historia. “Siempre están las ganas de seguir haciendo cosas, pero es más el deseo de volver el tiempo atrás, que de hacer cosas para adelante.” “Estaría bueno que esto no hubiese desaparecido nunca y se hubiese mantenido en el tiempo.” Los bailarines aclaran que “Esto no es folclore tradicional, es otra cosa. Más allá de que se bailen las mismas danzas que puede bailar cualquier grupo, tenía un toque diferente que lo imprimía quien era el director. Era muy original lo que se hacía. Por ahí es difícil hasta transmitirlo porque uno no sabe cómo enseñar ese tipo de cosas, hay que tener una base muy amplia de danza como para poder incorporar. El maestro tenía la particularidad de poder transmitir infinidad de conceptos de diversidad de danzas porque él las conocía, las sabia y tenía el conocimiento de cómo hacerlo. Había flamenco, clásico, danza nativa y el hacia un mix de todas estas danzas. Es decir una chacarera se bailaba de la misma forma pero dentro de lo que era el cuadro de la danza tenía incorporado diferentes matices.”
En el momento que nace el ballet de Brandsen, el L. B. ya existía y quedó como una asignatura pendiente porque no se aceptó en un momento la posibilidad de trabajar para cultura de la Provincia. Y tal vez ahí estaba la oportunidad de ser conocidos a nivel nacional e internacional porque trabajar para cultura implicaba tener que estar plenamente a disponibilidad, no tener ingresos por no generar recursos, estar pendientes de las fechas que determinaba la dirección y el maestro no estuvo de acuerdo en eso y propuso seguir trabajando en forma independiente. “Eso hizo que no tuviera la trascendencia que si tuvo el Ballet de Brandsen por ejemplo, que no tenía la característica que teníamos nosotros y llegó a ser un número a nivel internacional por contar con el respaldo del área de cultura, son decisiones. Pero era una decisión de quien era el director, no renunciar a sus principios, él quería hacerlo en absoluta libertad y se siguió trabajando de la forma que se pudo.”
Nos cuentan que hay un montón de cosas que no están escritas, pero quedan en la memoria de cada uno y cada uno le da el valor que realmente cree que le puede dar. Fue una experiencia única, buenísima, se conocieron muchos lugares como así también gente...
Nota Completa: en la edición impresa de Semanario El Espejo del martes 6 de septiembre de 2016
Nombre
Adriana
Comentario
Qué lindos tiempos! tuve el placer de tomar algunas clases con el Maestro Alcalá, un verdadero lujo el Ballet Lezama, los felicito por la iniciativa del reencuentro, Maravillosa idea.
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