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LOCALES

10 de febrero de 2016

Cronica de un viaje a Japón

Alejo Mongay y Ezequiel Martínez Leanes cuentan su viaje a Japón, hasta donde llegaron para ver a River en el Mundial de Clubes.

“Termina el partido de la Copa Libertadores y River sale campeón, y surge la locura mía de decir, vamos a Japón y que lindo seria. Al otro día estoy solo, yo ya me había maquinado y había decidido que iba,” - dice Ezequiel - “lo llamo a Alejo para sacar entradas para un partido contra San Martin de San Juan, y me dice: ¿Por qué no vamos a Japón?.”  
Así empezó esta idea que seguramente sonaba imposible en la charla entre los dos amigos: Ezequiel Martínez Leanes y Alejo Mongay. En la charla con Seanario El Espejo se los veía tan entusiasmados como si todavía no hubieran viajado.
Ezequiel sigue su relato de lo que fue la previa al viaje, hasta ahí casi imposible.
“Hacemos números y si da vamos, yo ya estaba con la emoción de ir los dos.”, dice y agrega: “Le dije un número, que ya era un poco inferior a lo que pensábamos, entonces accedió. Y ahí arrancamos a planearlo.”
La bandera en la foto dice: “Hasta el fin del mundo te seguiré”, y hasta allá fueron estos hinchas de River.
Ezequiel le cuenta a su hermano la aventura que piensan emprender “le cuento lo que estábamos planeando con Alejo y a los dos días me llama y me dice voy con ustedes. Ahí surgió de ir todos juntos, pero fue medio loco porque pensábamos  ir a un partido de local y terminamos en Japón.”
 Alejo Mongay, a su turno, se prende en la charla:
“Nuestra familia no nos podía creer, mi hermano me decía,que estaba loco, y a la gente que le decía, familiares o amigo, nos decían que estábamos locos, que era imposible. Y nosotros siempre convencidos de que se podía dar, pero sin todavía tener algo firme y concreto.”
 “Una vez que ya teníamos la decisión tomada recibimos el apoyo total de la familia que es lo principal, también de amigos. La familia nos dio una mano grande, no solo en lo económico, contar con el apoyo era importante. Primero no lo tomaron en serio, aparte no estaban orientados en lo que podíamos llegar a gastar. Entonces no sabían cuanto podía salir el viaje.”

 Japón... ¡Allá vamos!
“Salimos a las 3 de la tarde de Lezama y a las 21.30 de Ezeiza. Fuimos livianitos, mochila, tres mudas de ropa. Prácticos.”
“La familia nos acompañó el día del vuelo, fue lindo pero para ellos tal vez no. Pero sabíamos que eran 20 días y volvíamos.”
“Fueron 36 horas de viaje. Y nosotros íbamos en el vuelo como si estuviéramos en un bar, salimos el 7 de diciembre, llegamos una semana antes del partido.”
Cuentan que allá alquilaron departamentos “porque era más económico.” y que gastaron poco en el viaje. “Yo note quelos argentinos somos caros.”  
“Llegamos al aeropuerto. Mirás todas las caritas, todos japoneses, no entendés mucho. Una vez allá alquilamos un chip con red japonesa. Y eso te ayudaba mucho, si nos perdíamos, buscábamos en google maps, y lo apagábamos para no gastar los megas de los que disponíamos. El taxi es carísimo, entonces desde el aeropuerto tomamos un micro y eso era lo más económico. Estábamos a 50 kilómetros desde donde estábamos al departamento al que íbamos.” 
“Una vez que llegamos salimos a recorrer la zona de Tokio. Teníamos preparado un itinerario para todos los días, entonces recorríamos de acuerdo a lo que habíamos programado. Nos ayudó mucho poder desenvolvernos en la red ferroviaria, de ahí paseamos por la mayor cantidad de ciudades y sus puntos principales. Allá se maneja todo con tarjeta, como la SUBE nuestra.”

En busca de la final 
del mundo
A Ezequiel se le pone la “piel de gallina” cuando cuenta la expectativa por el primer partido del Millo en Japón: “Llego el día del partido, ya veníamos del banderazo: una locura, sin palabras. Nos levantamos con la ansiedad de ganar, lo único que queríamos era llegar a la cancha. ¡Sufrimos ese partido! Porque no la podíamos meter, hasta el gol de Alario en el minuto 70 y pico… ¡Un frio hacia ese día! ¡Nunca pasamos tanto frio!”
Y el segundo partido, la final en Yokohama. 
En este caso, el que cuenta el “gran partido” con el Barcelona es Alejo: “Fue otra cosa porque ya sabíamos lo que podía llegar a pasar y se esperaba, era algo lógico que ganara el Barcelona , pero nosotros es como que, antes del partido decíamos:  ¡Vamos a cantar, a alentar! Una vez que ganamos la Libertadores, teníamos la ilusión de que podíamos llegar a ser campeones del mundo.. Y cuando estábamos mirando, ¡Jugábamos contra el Barcelona, no lo podíamos creer! Recién ahora nos estamos dando cuenta de lo que vivimos. Entramos y se nos caían las lágrimas, hasta que arranco el partido, ver al Barcelona, contra River... Uno ve al Barcelona en la tele y lo admirás, y ese era un momento en el que uno decía no quiero ser hincha, hay que admirar el espectáculo. Pero a su vez la misma gente te llevaba a alentar, y retrocedíamos veinte minutos en el arco... y no pasaba nada, hasta que llego el primer gol y bueno, es como que se bajó un poco la adrenalina y era cantar, porque vinimos a esto, a apoyar al equipo. ¡Imaginate que íbamos dos a cero y no estábamos mal, porque eso era único! Nunca cantamos tanto, ni el día de la semifinal, porque estábamos medio nerviosos, pero los gritos de la hinchada eran ensordecedores. El día de la final, fue continuamente toda la gente cantar, alentar. Había que agradecer al equipo. No se insulto en ningún momento a los jugadores. Fue hermoso… Todos enloquecidos, me emociono hablando.” y es verdad, se le nota en el tono de voz.
Ezequiel rememora esos momentos en el lejano Japón: “Uno tenía que ir a agradecer al equipo, ya si ganábamos eso, era como vivir la mejor etapa en la historia de River, ganar ocho títulos en un año y medio…  Entonces sabiendo contra quien jugábamos la final, los mejores del mundo, teníamos que ser agradecidos porque si River no hubiera salido campeón no hubiéramos hecho la locura de ir adonde fuimos, porque conocimos ese lugar gracias a River. 
No fue fácil viajar, uno resigna un montón de cosas. Allá nos encontramos con gente que hizo miles de cosas para poder ir. Y a nosotros también nos costó, pero lo vivido es tan hermoso que lo volveríamos a hacer.” 

NOTA COMPLETA EN LA EDICIÓN IMPRESA DE SEMANARIO EL ESPEJO DEL MIERCOLES 10 DE FEBRERO DE 2016

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