“Que mi querida Escuela Especial cumpla este 1º de septiembre sus 40 años de vida parece imposible… ¡Son muchos!”, dice con emoción. Y no es para menos. Alicia  transitó por ella 33 de esos años, primero como docente y luego como directora, cargo con el que se retiró hace algunos años. 
Recuerda esa etapa de carrera laboral como de “entusiasmo y mucho trabajo, pero siempre acompañada por todo el personal, cada uno desde su rol. Fueron para mí épocas inolvidables, en lo personal y como docente. Cuando nos reencontramos con ex compañeras de trabajo siempre surge alguna anécdota para recordar y reírnos gratamente”, destaca entre risas.

¿Qué cambios  se transitaron a través de  distintas políticas educativas en  estos años?
Fueron muchos y de lo más variados, teniendo presente que desde la  Educación Especial siempre se debe buscar lo mejor para la atención de nuestros niños, adolescentes y adultos. Recordemos que la escuela fue creada en 1975, durante el gobierno militar y a ello debió su primer nombre Escuela Especial Nº 503 “Gral. Mariano Necochea”. 

¿Eran notables esas cuestiones en el día a día de la escuela?
Sí, cada gobierno implementó en las escuelas su política educativa, fines, estructuras, funciones, currículos, objetivos, metas y debimos adaptarnos  a ellas y poner en funcionamiento todo tipo de experiencias, desde aquello que decía que “toda la matrícula con necesidades educativas especiales debe concurrir sólo a la escuela especial” hasta la  inclusión con la se continúa trabajando incansablemente hasta la actualidad, con tan lindas y movilizadoras experiencias   escolares  y  socio comunitarias.

¿Qué cambios atravesó el establecimiento en lo edilicio?
La Escuela Especial se inició en la E.P. Nº 11 en el turno tarde, dado que el edificio estaba disponible en ese horario. De a poco, en el actual espacio físico y con la total colaboración de autoridades municipales, cooperadora, vecinos y comunidad, se fueron construyendo aulas premoldeadas y luego toda la restante estructura consistente en aulas, gabinete, dirección, baños para docentes y para los alumnos, y la etapa posterior de cocina y galería cerrada. En la parte exterior contábamos con patio de juegos y espacio físico para la huerta.

¿Qué matrícula se atendía?
Nuestros alumnos fueron niños y adolescentes con necesidades educativas especiales en la sede escolar, y también a través de estrategias de integración en escuelas primarias  y jardines de infantes de la localidad. 
Se contemplaba la Atención Temprana del Desarrollo Infantil brindando estimulación adecuada a niños desde 45 días hasta 3 años en riesgo biológico y/o psicosocial con días de atención  en hospital, en Escuela Especial y en sala del Barrio El tero.
También atendimos en  nuestra escuela alumnos de la localidad de Pila donde aún no había  escuela especial y luego se creó un Servicio Agregado de Lezama allí,  para evitar el desplazamiento diario de los alumnos y hasta allá concurríamos director y el equipo técnico: asistente educacional, social y fonoaudiólogo, según necesidades y disponibilidad horaria, a compartir jornadas con maestros especiales y de atención temprana. Fue todo un desafío en otro distrito.

¿Con qué personal compartías tareas diarias?
Al contar con tres turnos en la sede, integración y atención temprana, se desempeñaban director, maestros del área pedagógica, maestros de pretalleres y talleres, técnicos, maestro integrador, maestro estimulador, profesor de Educación Física, preceptor, cocinero y portero. La escuela atendía alumnos en turno mañana, tarde y vespertino, que recibían además el servicio alimentario que consistía en desayuno, almuerzo y merienda.  Con el compromiso de todo el equipo de trabajo, padres y cooperadora, la institución podía llevar adelante proyectos, viajes, exposiciones, fiestas escolares, torneos deportivos, festivales a beneficio, etc.

Hoy los reunirá seguramente a una gran mayoría este nuevo aniversario…
Sí, uno guarda con mucho cariño a la institución, porque allí pasó momentos hermosos, desafíos, logros. Es la tarea cotidiana en las escuelas, donde a veces hay que resolver problemáticas en poco tiempo y donde tener un buen equipo es fundamental.
Desde mi jubilación, continuaron a cargo de la dirección Liliana Iturbide y la actual directora Rosana Saladino, a quienes  saludo y  felicito por estos 40 años cumplidos y les agradezco que en esta fecha de festejo nos volvamos a reencontrar  en la escuela. 

Nota completa en la edición impresa de Semario El Espejo del martes 1º de Sepiembre