En apenas una semana los puntos clave de nuestro distrito se anegaron a causa de una vertiginosa crecida: más de un metro en los siete días. A los 400 mm de lluvia caída se agregó una impresionante masa de agua que “viene de arriba” como se suele decir, desagotando el centro norte del territorio bonaerense.
Si bien Lezama no registra las situaciones complejas que le tocan atravesar a los vecinos de Pila, General Belgrano y Dolores, entre otros, es preocupante el rápido avance del agua y las pérdidas económicas para el campo y los emprendedores turísticos de nuestro medio. Las imágenes lo dicen todo, y nos dejan perplejos, quizá porque confiábamos en que las obras del Plan Maestro del Rio Salado dejaban atrás aquellas inundaciones que guardamos en la memoria: la del ’80, la del ’85, casi en pleno verano, y la del ‘92/93 como postales de un tiempo pasado.
Sin embargo la naturaleza y las condiciones actuales de la cuenca nos vuelven a sorprender, y nadie tiene dudas: estamos frente a una histórica crecida del Salado. Habrá que esperar que el agua alcance el pico de crecida y comience a bajar, lentamente, mientras barajamos cómo se sigue en los albores de una primavera que se pronostica “lluviosa” y como dice la canción “llueve sobre mojado”.
Mientras tanto, en nuestra ciudad se conformó días atrás el comité de Defensa Civil, coordinado por el Oficial de Bomberos Rodolfo Córdoba y conformado por esa entidad, el municipio, la cooperativa de servicios y la Policía Rural.

¿Cuál es la situación local?
En Lezama hay por el momento quince personas evacuadas en la escuela de El Destino, se trata de tres familias que fueron hospedadas hace casi dos semanas en las instalaciones del jardín que funciona en el paraje, mientras recuperan las condiciones de habitabilidad en su vivienda. 
Además hay seis casas con familias autoevacuadas, algunas están en casas de familiares en nuestra ciudad y otras permanecen en cercanías de ese paraje. Desde la municipalidad se asiste con alimentos, agua mineral y otras necesidades.
Conformados como Defensa Civil, trabajan desde hace una semana bomberos voluntarios, personal de la cooperativa de servicios, empleados del municipio y efectivos de la patrulla rural de la policía.
Cabe destacar que hay una gran cantidad de hectáreas bajo agua y que el ganado ha tenido que ser trasladado, no hay campo manifiestan los productores y se han perdido animales a causa de la rapidez con la que hubo que resolver situaciones.

Nota completa en la ediciónimpresa de Semanario El Espejo del martes 25 de Agosto