La edición 2014 de la propuesta que la Comisión Provincial por la Memoria acerca a docentes y estudiantes de 6° año, encuentra a los alumnos de la Escuela Secundaria 1 abocados a la investigación de uno de los acontecimientos que más impactó en la sociedad lezamense: la caída de su industria láctea.
Las coordinadoras Emilce Rodríguez y Laura Maidana, acompañadas por el grupo de alumnos que trabaja en el proyecto, brindaron detalles de esta nueva iniciativa que los llevará a participar en Chapadmalal el mes próximo.

“Comenzamos primero buscando un tema para tratar, surgieron varios, entre ellos el que elegimos que fue el cierre de la fábrica Lactona. Después armamos el proyecto con los chicos, viendo cuál iba a ser nuestro objetivo con contar lo que había pasado con el cierre de la fábrica y decidimos trabajar la pérdida de identidades de los pueblos”, explican entusiasmados en la nueva tarea. El equipo empezó a trabajar en junio, después de que la comisión aprobara la idea. Su objetivo es vincular el cierre de la fábrica con la pérdida de identidad de Lezama, que era un pueblo netamente tambero. 
En el año 2002 la Comisión Provincial por la Memoria lanzó el programa “Jóvenes y memoria, recordamos para el futuro” para promover el tratamiento de la última dictadura militar en las escuelas secundarias bonaerenses. Tiempo después las temáticas se ampliaron y la participación de las escuelas fue creciendo año a año.
Este programa se propone, renovar la forma de enseñar y aprender ciencias sociales, fortaleciendo espacios curriculares ya existentes en la educación formal. Y además activar el proceso de construcción y transmisión de la memoria colectiva como forma de afianzar los valores en derechos humanos, las prácticas democráticas y el compromiso cívico crítico de las nuevas generaciones.

¿Cómo es el cronograma de trabajo que se plantea?
La mayoría de los años ya para mayo hay que presentar el proyecto, con la temática bien fundamentada y demás. Este año fue en junio. La Comisión por la memoria lo evalúa, si está aprobado pasás a la siguiente instancia. Es un proyecto con un producto final, nosotros este año elegimos hacer un documental que luego mostraremos  a la comunidad.

¿Cómo se conformó el grupo, teniendo en cuenta que es opcional para los alumnos? 
Pasaron Emilse y Laura a preguntar por los salones quien quería participar este año de “Jóvenes y memoria” y de los que se anotaron algunos después se bajaron, otros no, pero la mayoría estamos.  

¿Influyó en ustedes la experiencia del año pasado, con el mural que hicieron los chicos en la escuela, y la repercusión que tuvo el tema?

Sí, la verdad que el trabajo que lograron el año pasado los chicos de sexto fue muy lindo y queremos tratar este año de hacerlo lo mejor posible para presentarle a la comunidad los alcances del proyecto. 

¿Qué experiencias han  tenido dentro del proyecto?
Fuimos de viaje a instancias regionales, uno se hizo en Chascomús y otro en La Plata. Ahí se organiza cómo va  a ser el trabajo del año y nos ubican para que sepamos cómo hacer en cada etapa.  Hay temáticas que se trabajan en talleres, por ej “violencia”, entre otras.

¿Cómo fue el encuentro con los otros alumnos y sus proyectos?
El fin es reunirse, ir conociéndose y saber también las opciones de trabajos que tienen en otros lugares, no sólo quedarnos con lo de Lezama. Cuando quisimos ir a La Plata habíamos organizado el viaje para ir todo el grupo pero después recibimos la noticia de que no podíamos concurrir, y fue feo porque estábamos muy ilusionados en ir todos juntos para conocer y saber más o menos cómo iba a ser. Tuvimos que ir cuatro de forma particular.

¿Cómo fue esa instancia?
Era una convocatoria para trabajar la no violencia con Pérez Esquivel, una pena que los chicos no hayan podido ir por problemas burocráticos en realidad. Nosotros tenemos varias instancias que son obligatorias, como la presentación del proyecto  en un tiempo determinado, el encuentro regional con otras escuelas justamente para que ellos vayan intercambiando experiencias y vayan viendo qué es lo que están haciendo otras escuelas. Nos orientan además en lo que estamos haciendo y qué deberíamos ajustar y que no. Lo mismo la inscripción para ir a Chapadmalal, que si no respetamos la fecha  nos quedamos afuera. Y toda instancia que uno no vaya cumpliendo le resta posibilidades de presentar todo a tiempo y en condiciones, ante más de 800 escuelas.

¿Qué es lo que ocurre en Chapalmalal cuando se juntan?
Cuando llegamos al predio nos encontramos con el resto de las escuelas, hasta ahora era provincial, pero ahora Jóvenes y memoria es nacional. Están organizados en talleres, comparten y ven las producciones de otras escuelas, así como también publicitan e invitan a que vean las producciones de ellos. El año pasado hubo 880 proyectos.  La idea es compartir con esa enorme cantidad de escuelas y chicos el producto final que puede tener distintos formatos: escrito, auditivo, teatro, audiovisual, murga, canciones, etc. Además participan en talleres y debates sobre temas actuales.
Dado que el tema elegido es bastante extenso… ¿Cómo determinaron el período a investigar? 
El período se acota según el objetivo que nosotros tengamos en el proyecto. Cómo nuestro objetivo es la identidad del pueblo nos basamos en el cierre de la fábrica, más allá de hacer un proceso de toda su trayectoria, nos basamos en el cierre y qué provocó, o qué no provocó y por qué en el pueblo.  A través de la investigación vimos que cuando se cerró Gándara hubo un movimiento popular en contra del cierre y bueno la cuestión es por qué acá no se dio. 

Nota completa en la edición impresa de SEMANARIO EL ESPEJO del 7 de octubre de 2014