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Despejado
11 de septiembre de 2020
La Profesora Graciela Nardín hizo pública una carta dedicada a los y las docentes de nuestra localidad.
Queridos maestros: hoy les escribo a ustedes en su día. Es una celebración diferente, un día en el que no van a recibir la cálida fuerza del abrazo. Pero hoy el acontecimiento se va a producir en las almas. Van a recibir muchos abrazos virtuales y generosidades de miradas en los rostros, a través de una pantalla, que le estarán diciendo ¡gracias! Hoy le tocó el temblor también a la escuela. Temblor que sacude hasta los cimientos más fuertes pero los grandes creadores realizan sus obras bajo tensiones similares. Hoy les tocó a ustedes maestros esta tempestad sin embargo pueden seguir vislumbrando un horizonte y un cielo abierto. Y con toda la responsabilidad que requiere la tarea de responder al deseo de saber son creadores. Creadores de una nueva escuela porque actúan resistiendo al miedo y a la tristeza. Creadores de otros espacios pedagógicos, otros tiempos pedagógicos, otros recursos pedagógicos. Creadores de utopías capaces de transformar las inconsistencias en belleza, las palabras no están encarnadas en un pizarrón pero salen con la misma reverencia diaria a llevar la palabra que salva. Creadores que llegan día a día a cada hogar, a cada rincón, a cada una de las geografías posibles e imposibles donde hay un alumno que tampoco se dejó arrebatar el cielo de la esperanza. Creadores desde otro paisaje, quizás con un mate, en el escritorio, en el patio, o en la soledad de una computadora reescriben el mundo con el cuerpo, con la mente y con las emociones. Creadores de otras maneras de ver el mundo, de los anhelos, de la infinita tela de los sueños. Esta realidad de la historia del mundo que les toca vivir a ustedes, a sus niños, a sus jóvenes es muy difícil pero no desisten de la lucha. No los paraliza el miedo. Porque en cada actividad que preparan y envían están enviando sus sueños de construir una nueva escuela, en cada uno de esos hilos que se entrecruzan y transmiten esperanza están tejiendo la urdimbre de otra educación posible. Porque no renuncian a dos derechos que son insobornables e irrenunciables: el derecho de aprender y de enseñar. Quizás en algún momento se sientan agotados, jaqueados por la desesperanza pero también están demostrando, queridos maestros, que la realidad por difícil que sea puede ser transformada. Ustedes están cumpliendo una tarea histórica: No desistir nunca de la lucha a favor de la libertad, del derecho a ser y estar en la educación. ¡Feliz día!
Prof. Graciela Nardín
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