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17 de julio de 2025
El Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA) confirmó un caso de alta patogenicidad (IAAP) en un establecimiento de aves de traspatio ubicado en el partido de Lezama.
Tras la identificación del brote en Lezama, el organismo intervino un establecimiento avícola donde se detectó el virus en aves domésticas y dispuso un área de vigilancia epidemiológica de 10 kilómetros
El Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) confirmó un caso de alta patogenicidad (IAAP) en un establecimiento de aves de traspatio ubicado en el partido de Lezama, en la provincia de Buenos Aires. La notificación se produjo tras realizar los análisis correspondientes a muestras extraídas de gallinas, pavos y faisanes, según informó el organismo nacional.
La detección, que se suma a los reportes previos de circulación del virus en otras regiones, no modifica el estatus sanitario del país, ni afecta las condiciones para las exportaciones de mercancías aviares, de acuerdo con lo establecido por los estándares internacionales. No obstante, el organismo activó de inmediato el protocolo sanitario previsto para estos casos, con una serie de medidas dirigidas a contener y evitar la propagación del virus en el territorio.
Entre las acciones llevadas a cabo por el Senasa en el predio afectado, se incluyen el despoblamiento total de las aves, su disposición final y la posterior aplicación de procedimientos de higiene y desinfección en todo el espacio. Además, se estableció un perímetro de vigilancia de 10 kilómetros a la redonda, dentro del cual se desplegará una tarea de control epidemiológico para monitorear posibles nuevos focos.
El organismo también emitió un llamado a los establecimientos avícolas para que refuercen las medidas de manejo, higiene y bioseguridad, como parte de una estrategia preventiva. Las recomendaciones específicas incluyen verificar el estado de las mallas antipájaros, controlar la limpieza y desinfección de vehículos e insumos, incrementar las tareas de saneamiento en sectores donde se acumulan excrementos de aves silvestres y eliminar zonas con agua estancada que puedan atraer aves transmisoras.
En paralelo, el Senasa puso el foco en las medidas de precaución para quienes tienen aves de traspatio. Sugirió mantenerlas en espacios protegidos, sin acceso al exterior, con el objetivo de evitar su contacto con aves silvestres, principales portadoras del virus. También se aconseja realizar limpieza y desinfección periódica de los gallineros, utilizar ropa y calzado exclusivos al ingresar a los recintos y evitar que las aves silvestres accedan a los bebederos y comederos.
Frente a cualquier signo clínico sospechoso o la aparición de aves muertas, se debe notificar de inmediato al Senasa. Las vías disponibles para reportar la situación incluyen la oficina local más cercana, el correo electrónico [email protected], el WhatsApp 11 5700 5704, o mediante el formulario “Avisá al Senasa” disponible en su sitio web oficial.
En el contexto regional e internacional, la detección de este nuevo caso se da pocos días después de que la Organización Mundial de la Salud (OMS) confirmara la primera muerte humana por gripe aviar H5N2, registrada en México. La víctima, un hombre de 59 años con antecedentes de salud previos, habría contraído el virus tras consumir leche sin pasteurizar de una vaca infectada, según el reporte del organismo internacional.
De acuerdo con la Organización Panamericana de la Salud (OPS), el principal mecanismo por el cual los virus de influenza aviar llegan a nuevos territorios es el movimiento de aves silvestres migratorias, mientras que el contacto directo o indirecto con animales infectados o superficies contaminadas representa el principal riesgo de transmisión para las personas. Actividades como el desplume, la manipulación de cadáveres de aves o la preparación de estas para el consumo doméstico son consideradas de alto riesgo.
La influenza aviar es causada por un virus de la familia Orthomyxoviridae y puede clasificarse, según su subtipo, en formas de baja patogenicidad —que suelen pasar desapercibidas o con síntomas leves en las aves— y de alta patogenicidad, que se propagan rápidamente y causan una elevada mortalidad.
Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos, las variantes del virus tipo A capaces de infectar a humanos incluyen los subtipos H5, H6, H7, H9 y H10, con diversas combinaciones, como H5N1, H5N2 y H5N6. Aunque las infecciones humanas son poco frecuentes, algunas cepas pueden causar enfermedad grave.
Especialistas como Francisco Nacinovich, médico infectólogo y miembro de la Sociedad Argentina de Infectología (SADI), han señalado que no se trata de un virus nuevo, sino de uno conocido desde hace más de dos décadas, y que su potencial de diseminarse entre mamíferos es objeto de vigilancia científica. “Se han desarrollado vacunas justamente porque se piensa que puede ser un virus pandémico”, dijo en declaraciones recientes al portal Infobae.
Por su parte, Ricardo Teijeiro, también infectólogo, explicó que la variante H5N2 “es un poco más contagiosa” y que “afecta no sólo a las aves silvestres y domésticas, sino que empiezan a aparecer casos en humanos”. Aun así, remarcó que se necesita un proceso de adaptación para que el virus pueda transmitirse de forma sostenida entre personas.
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