Pasadas las 7 de la tarde del domingo llegó a la Basílica de Luján  el joven vecino de Lezama, Luis María Oroño apodado “Rel” quien peregrinó a pie desde nuestra ciudad a Luján con un propósito conmovedor, como fue encomendarle a la Santísima Virgen la recuperación de su amigo  Juan Carlos Zunino.
El lezamense partió de Lezama a las 6 de la mañana del  viernes, desde la plaza de la Autonomía, siendo acopañado por su cuñado,  Iván Montes en un vehículo particular, propiedad de, precisamente, su amigo Juan Carlos Zunino  a los efectos de brindarle apoyo logístico y también trasladarlo de regreso hacia su ciudad una vez que cumpliera su objetivo.
Rel llegó a la nuestra ciudad a la 1 de la mañana del ya lunes 24 de octubre. Oroño no descendió del móvil que lo trajo hasta la plaza de la autonomía donde lo esperaba un importante número de amigos, familiares y conocidos para brindar su apoyo a tan destacado gesto. Rel saludó a algunas de las personas que se acercaron al automóvil y desde ahí partió de inmediato a ver a su amigo que se encuentra por estas horas en el hospital local. 
En la mañana de ayer lunes en comunicación telefónica, Oroño señaló que se le ocurrió la idea de caminar hasta Luján teniendo en cuenta que, siempre se camina desde Liniers hasta Luján,  “yo quería hacer algo que nunca se hizo” manifestó. 
Agregó “no lo consulté con nadie, le dije a él que iba a ir, lo pensé  una semana y mi único sacrificio fue dejar de fumar unos días antes porque esto también formaba parte de la promesa” 
Consultado por lo que su amigo pensaba con respecto a la travesía que iba a emprender Rel señala que “me dijo que era mucho sacrificio, que fuera desde Liniers a Luján como todo el mundo”
Relatando un poco sobre como transcurrió el recorrido, contó que el primer día llegó hasta Villa del Sur, en el lugar solicitó permiso a la gente de seguridad del lugar y que durmió en el mismo vehículo que lo acompañaba. Seguidamente se dirigió hasta Gándara e hizo los once kilómetros que llevan hasta el interior del mencionado lugar ya que tenía en mente realizar el recorrido por camino de tierra, pero al no encontrarse en condiciones el camino retomó la autovía 2 de manera que hizo 22 km de más. 
Faltando 43 km para llegar a destino “empecé a pedir, a rezar por él hasta que llegué” dice Luis María.
Finalizando su relato cuenta haber llegado justo para la última misa ya que la Basílica cierra a las ocho de la noche y que le trajo a su amigo un rosario bendecido del lugar, añadiendo que ahora hay que esperar que La Virgen responda.